¿Quién no recuerda el chiste de la abuela cuidándole las plantas al nieto? Pues eso, que las plantas de marihuana pueden ser cultivadas del mismo modo que cualquier planta que florezca anualmente.

Si bien hay cannabis de interior y de exterior, su ciclo vital es similar al de cualquier otra planta: germina de una semilla, crece, florece (produce cogollos, vaya), es cosechada y se procede al secado (como quien seca orégano, igual).

 

¿Dónde cultivar marihuana?

En contra de lo que pueda parecer, el cultivo de cannabis no es complicado ni necesita de grandes superficies.

En el exterior, la naturaleza marca los ciclos según las estaciones, pero en el interior tendremos que ocuparnos de ofrecerle a nuestras retoñas la cantidad de luz adecuada, una correcta ventilación, riego regular, una tierra de calidad y el uso de fertilizante, o no.

Hoy vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre cómo cultivar marihuana paso a paso en el interior.

 

Cultivo interior

Aunque un espacio amplio sería lo ideal, es posible cultivar hierba en cualquier espacio, desde un sótano a un armario. Cultivar una planta de marihuana en el interior requiere de un equipo específico para este tipo de plantaciones.

A la hora de cultivar marihuana de interior, debes tener en cuenta que…

Un espacio grande requerirá una mayor infraestructura en iluminación y ventilación, lo que significa que los gastos serán mayores y el porro te saldrá un poco más caro.

La luz es un factor muy importante para una planta de marihuana y necesitará un espacio donde disfrutar de períodos amplios de completa oscuridad.

El control de la temperatura y la humedad son aspectos muy importantes para maximizar el potencial de la planta.

La ventilación es IM-POR-TAN-TI-SI-MA. Una correcta circulación del aire ayudará a evitar enfermedades a la planta.

 

Dicho esto, vamos al lío. A continuación vamos a explicarte cómo cultivar marihuana paso a paso para que dispongas de suministro propio para autoconsumo:

 

Paso nº 1: paredes reflectantes

Este tipo de estructuras ayudan a dirigir la luz correctamente hacia las plantas, aumentando la potencia de las lámparas hasta un 30% sin aumentar en gastos de electricidad. Puedes recurrir a un armario de cultivo que ya incorpora paredes reflectantes, recubrir la estancia de pintura de látex blanca mate  o usar film plástico panda.

 

Paso nº 2: evita filtraciones

El cannabis es muy sensible a la luz y cualquier pequeña filtración de luz puede generar mucho estrés a la planta. Mantén la luminaria encendida y revisa desde fuera si observas zonas de luz. Después, haz lo mismo desde dentro.

Las filtraciones de luz pueden taparse de varias maneras, según su tamaño y el lugar donde estén ubicadas: cinta aislante _se adapta fácilmente sobre grietas pequeñas_ o plástico panda, para filtraciones de mayor envergadura.

 

Paso nº 3: filtro de aire

En España, el cultivo de marihuana está regulado bajo el Real Decreto 1729/1999. De forma genérica dice que es posible cultivar marihuana para autoconsumo, certificando que las semillas están autorizadas por la Unión Europea y en una zona donde no sea visible al público.

La mayoría de los cultivadores recurren a filtros de aire de carbono o depuradores conectándolos a un sistema de extracción que absorbe el aire caliente del interior del espacio de cultivo y lo purifica antes de emitirlo al exterior.

 

Paso nº 4: la ventilación

Instala ventiladores de pared de forma estratégica que proporcionen un movimiento de aire suave pero constante. Evita dirigir la corriente de los ventiladores sobre las plantas y verifica que el aire se mueva por todas las zonas del cuarto de cultivo.

 

Paso nº 5: iluminación

Es el factor más importante de los cultivos de interior. Aunque las plantas de cannabis necesitan fases de completa oscuridad, la luz es fundamental para su crecimiento y para la producción de grandes y deliciosos cogollos.

Instala las luces de cultivo de manera que alcancen la totalidad de las plantas que quieras cultivar.  Las opciones disponibles son:

CFL. Lámparas fluorescentes compactas. La opción más popular para cultivadores primerizos.

T5/T8. Tubos fluorescentes. Requieren una mayor proximidad a las plantas.

Luces LED. La iluminación LED para cultivos es más cara pero mucho más potente y efectiva.

HM y HPS. Lámparas de haluro metálico y de sodio de alta presión. Son las mejores para el cannabis. Potentes, no muy caras y sencillas de instalar.

 

Paso nº 6: los accesorios

Además de los artículos que hemos comentado, necesitarás una serie de accesorios adicionales en el cuarto de cultivo interior: Macetas, medidor de pH, el suelo de cultivo, tijeras, pulverizador, hidrómetro, temporizador y fertilizantes.

 

Paso nº 7: las plantas

Elige la variedad que quieres cultivar según tus gustos y necesidades. Cada tipo de semilla de marihuana tiene sus ventajas e inconvenientes, pero lo importante es que cultives la variedad que quieres disfrutar.

Puedes cultivar marihuana a partir de semillas (es el método más común pero requiere conocimientos sobre germinación) o a partir de esquejes (pero es conveniente asegurarse de que provienen de una fuente fiable).

 

Paso nº 8: la cosecha

Dependiendo de la variedad y del cultivo, tus plantas de marihuana estarán listas para la cosecha entre unas 6 a 12 semanas. Los cogollos dejarán de desarrollar la pelusa blanca y su aspecto será más abultado.

La planta se volverá más aromática y los pistilos blancos oscurecerán a tonos anaranjados o rojizos, rizándose hacia dentro a medida que se produce la maduración de los cogollos. No seas impaciente. Espera hasta que la mitad de los cogollos hayan empezado a oscurecer.

No te sientas decepcionado si el efecto no es tan potente como esperas. Es lo normal. Es a partir de que ¾ partes de los cogollos se han oscurecido que el nivel del THC se encuentra en su punto más alto y tienen un mayor efecto relajante.