Cocinar con marihuana: la cocina de autor más divertida

 

La pandemia ha sacado el lado más panarra de muchas personas, que se han apuntado a elaborar pan como si no hubiera un mañana durante el confinamiento. Pero también nos ha descubierto a grandes cocinillas y, por qué no decirlo, a auténticos vagos.

Cocinar ha servido como válvula de escape para aliviar el estrés y la ansiedad durante el encierro forzoso, pero también se ha manifestado como una actividad divertida y agradable de la que disfrutar cuando se tiene algo de tiempo.

Pues si cocinar puede ser divertido (y más si lo haces en buena compañía), cocinar con marihuana es más divertido aún. Sobre todo la parte en la que lo pruebas, claro. Para conseguir los efectos deseados de cocinar con marihuana debes seguir unos pasos muy concretos. Así podrás obtener resultados recreacionales para disfrutar con tu grupo o medicinales, para uso propio.

 

Si te apetece iniciarte en la cocina cannábica presta mucha atención, porque a continuación vamos a darte varios consejos para que cocinar con marihuana te resulte muy sencillo.

 

Cocinar con marihuana. ¿De verdad se come?

Se come. La marihuana se come. De hecho, si quieres puedes darle un bocado a un cogollo de flores frescas y crudas de marihuana feminizada que el efecto psicoactivo que vas a conseguir es cero.

Los cogollos frescos de marihuana tienen grandes cantidades de THCA, que solo se transforma en psicoactivo si se calienta mediante cocción, combustión o vaporización (de hecho, la cocción es la forma más eficiente de aprovechamiento).

Además, el THC solo genera efectos psicoactivos al pasar a la sangre y el sistema digestivo humano no digiere flores crudas, así que no va a sintetizar nada de lo que te metas a la boca. Si quieres comer fresco, dale a la ensalada y no desperdicies unos cogollos estupendos.

 

Cocinar con marihuana para principiantes

Para obtener el efecto deseado en una receta con marihuana tendrás que realizar unos pasos previos. Si no estás forjado en este tema, lo mejor es que empieces con niveles de THC medios.

Lo ideal es que sepas qué variedad de cannabis estás utilizando y su contenido de THC. Sacarle todo el partido te permitirá obtener hasta un 90% de cannabinoides; es decir, un efecto menos instantáneo pero muchísimo más potente que fumándotela.

Eso sí, empieza por cantidades pequeñas y espera a ver qué efecto te causa. Piensa que el TCH ingerido puede tardar un par de horas en generar efectos sobre el organismo y si te pasas puede ser muy desagradable.

 

Vamos al lío: las recetas

¿Ya has elegido la receta? Es la parte más importante después del tipo de cannabis. La elaboración que elijas requerirá una extracción diferente de cannabinoides, que son liposolubles (solo se pueden infusionar con materia grasa).

Es decir, tienes que utilizar una receta que se pueda modificar a una versión cannábica, como las tradicionales recetas de repostería y pastelería con marihuana.

El procedimiento es muy sencillo. Solo tienes que mezclar la marihuana con mantequilla, aceite o leche, por ejemplo, calentándola para que los cannabinoides puedan liberarse y ser uno con la grasa.

A continuación, solo hay que colar la mezcla sin que queden restos.

Y ahora viene el PERO. Para conseguir sacar el máximo partido a los cannabinoides es necesario someterlos a un proceso de descarboxilación. ¿Eso qué es? Es el proceso mediante el cual se le aplica una temperatura de 104º a la marihuana durante 45 minutos para que el THCA se convierta en THC.

¡Ojo! Los cannabinoides empiezan a deteriorarse a una temperatura superior a 148º, así que es conveniente vigilar ese límite ni someter la marihuana a temperaturas entre 105º y 120º durante más de una hora.

Nuestro consejo: pon papel sulfurizado sobre la bandeja del horno y mete los cogollos a descarboxilarse durante tres cuartos de hora a la temperatura que te hemos indicado.

Otro consejo (hoy tiramos la casa por la ventana): es recomendable lavar la marihuana antes de descarboxilar. No te preocupes, no le va a pasar nada. El cannabis es hidrofóbico y no va a infusionar con el agua. Que lo laves sirve para retirar la clorofila y la suciedad, nada más. Es decir, que no sepa a planta del salón y a polvo.

Sin embargo, si no buscas un efecto altamente psicoactivo no es preciso que realices el proceso de descarboxilación. La propia elaboración de la receta aportará una alta cantidad de THCA que te obsequiará con unos estupendos efectos relajantes y analgésicos. Nada mejor si buscas efectos medicinales que no te den un pelotazo.

 

Recetas de cocina cannábica

Para incorporar cannabis a tus mejores platos es mejor que te inicies antes poco a poco en el mundo de las recetas con marihuana. Hay muchas formas de hacer infusiones cannábicas para la recetas y cada una requiere de unas cantidades concretas.

Siguiendo los pasos adecuados podrás hacer todo tipo de recetas con marihuana, como mantequilla cannábica, salsa de tomate con marihuana, bebidas y licores caseros con cannabis y todo un recetario especializado para sacarle el máximo partido a tu cosecha de cogollos.