Muchos se llevan las manos a la cabeza. Otros, sin embargo, disfrutan de un tiempo de libertad que todavía resiste a ser bien considerado. Aprovechando los huecos de un Código Penal que no penaliza el consumo personal, surgen en todo el país los novedosos centros para el consumo de marihuana. Así, nace en La Orotava el Club Rayo Verde, la primera asociación cannábica legal en el Valle.